miércoles, 29 de enero de 2014

Como Atahualpa en Lima (a cuerpo de rey)

Lima me parece bestialmente grande, inmensa. Me recibe con una neblina espesa, húmeda y calurosa, y un sol que abrasa. Vista desde el cerro San Cristóbal abruma: no se le ve final, los límites visibles son el océano y algunos cerros, tras los que se extienden más viviendas de colores. 10 millones de habitantes.


Tengo la suerte de que me acogen en casa de conocid*s, y me dan ricos desayunos con juguitos de naranja y de papaya (aunque está me parece sosísima), tostadas con palta (aguacate), pasteles de carne y de queso. También me llevan de aquí para allá: al centro histórico con su plaza de armas, sus catedrales y su mercado; y también con sus niños limpiabotas o las seños que tratan de venderte cualquier golosina (chicles, frutitas,...), cargadas como van con sus pequeñ*s e intentando conseguir alguna luca antes de que el serenazgo o la policía las mande a paseo. Aunque tampoco pasaría mucho, están allí donde l*s turistas (gring*s o nativ*s) hacemos cola para dar un paseo en bote, en los malecones o en los mismos buses.

Lima también ha sido los barrios de San Miguel y Miraflores, el distrito de Callao ("como un Vaticano dentro de Lima" me decían, por la autonomía, no porque tenga un Papa), pero sobre todo (y es que uno barre para lo suyo) los Pantanos de Villa con sus miles de pajarracos (pelícanos, ibis, garzas, zampullines,...) donde coincidí con una pareja de birdwatchers australianos muy maja con la que hicimos una divertida simbiosis: yo les mostré (de casualidad) el pájaro que andaban buscando y ell*s me fueron indicando especies en el tomazo de libro de aves del Perú que llevaban.

Una suerte también las invitaciones al chifa con su arroz chaufa (un restaurante chino), al cebiche y al "pescadito frito" y a la chicha morada. Una familia muy acogedora, y una abuelita relinda, un recuerdo híbrido de mis abuelas (la una por tener los mismos 92 años, y la otra por lo pequeña y arrugada), con una sonrisa permanente y un tenaz empeño en que me gustase el Perú: "pa que luego vayas y digas que es bien bonito, y venga la gente a visitar mi Perú".

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